Crítica. Música. - “ELOGIO DE LA SOLIDEZ”
ALFREDO
GONZÁLEZ
La
Salvaje, Oviedo.
Viernes,
13 de diciembre de 2019.
En
estos tiempos extraños donde prima la apariencia superficial sobre
la honestidad, siempre es reconfortante encontrar autores que eligen
el camino del maratón al de un sprint bobo a la busca de un
reconocimiento tan instantáneo como efímero. En esa tesitura,
siempre es un placer disfrutar de conciertos de artistas con la
personalidad de Alfredo González, que ha ido construyendo a lo largo
de los años un cuerpo creativo sólido y repleto de matices.
El
de Turón llevaba mucho tiempo sin visitar uno de los escenarios
emblemáticos de la capital asturiana y, ciertamente, se le echaba de
menos, en esa distancia que proporciona La Salvaje (si no me
equivoco, con esta denominación aún no se había estrenado, la
última vez había sido en una desoladora noche en La Antigua
Estación) y acompañado por una compacta y fiable banda, el Flaco
mostró sus virtudes alejadas de esos espectáculos infantiloides,
pasto de una época absurda donde sustituyen a la convicción de
aquellos que apuestan por los sentimientos hondos, de quienes
prefieren la hoja perenne a la caduca de un titular facilón,
esperpéntico o freaky.
“Afluentes”,
su sexto trabajo, era el argumento de su comparecencia con un grupo
que otorgaba matices y fuerza, pero, en realidad, supuso toda una
reivindicación de su trayectoria ante la olvidadiza memoria de esos
más predispuestos a abrazar la ligereza coyuntural y desdeñar el
trabajo continuado a lo largo del tiempo. Ahí, puede presumir
González, recordar clásicos absolutos como el imprescindible
“Retruque”, o acercarse a nuevas piezas que permanecerán como
“La escalera” o “El punto del empate”, para rematar un
concierto bien alejado de imágenes vacías, huecas. Con el rastro de
esas canciones que se apoderan de ti para acompañarte en esos
momentos de zozobra o de alegría, de los sentimientos verdaderos en
una palabra.
Frente
a las vanas “personalidades” que son sólo pomposos atrezzos para
relleno de vacíos informativos, nos quedamos a salvo de tanta
contagiosa estupidez reinante con los músicos que nos insuflan
verdad y vida. Alfredo González es, sin duda alguna, uno de ellos,
MANOLO
D. ABAD
Fotos:
M. D. A.