Crítica. Música. -
“Un
círculo se cierra”
SURFIN´ BICHOS
Auditorio Teodoro Cuesta, Mieres.
Domingo
17 de diciembre de 2017.
Sabemos
que la vida da muchas vueltas y que, a veces, se permite ciertos
guiños con los que burlarse de la historia y sus injusticias. El
caso es que Surfin´ Bichos como grupo nunca habían actuado en
directo en Asturias y vinieron a concluir su gira a Mieres, no sin
que antes hubiera tiempo para una estúpida polémica que pronto pasó
a un bien ganado olvido. Primero y último, pero con la fuerza y el
entusiasmo intactos, quizás conscientes de lo excepcional de la
fecha y de la emoción que embargaba a muchos de los presentes.
En
un principio, Fernando Alfaro advierte que el repertorio va a ser el
de su tercer álbum “Hermanos Carnales” -que cumplía veinticinco
años-, la razón por la que habían vuelto a la carretera. Un elepé
que sigue sonando en vivo con la misma fuerza e idéntico brillo que
cuando se editó por primera vez. Ahora que los caminos del indie se
han orientado a lo convencional de tal forma que a muchas de las
formaciones a las que se adjudica la etiqueta de marras (Izal, Miss
Cafeina, Vetusta Morla) bien se las podría considerar algo así como
“neopoprock”, los albaceteños exhiben las premisas de los
maestros: la mágica mezcla de melodías y electricidad en una
constante tensión al borde del ruido o incluso sumándolo al
conjunto de las canciones sin señal alguna de autocomplacencia.
Arrancan
con “Viaje de redención”, “Humo azul” y “Efervescente”,
sin alharacas, mientras el sonido afilado se va puliendo para dar
vida a ese personal mundo que los hace únicos y llegar al final con
la apoteosis irresistible de “Fuerte” y “La estación de las
lluvias”. Tras un primer bis, y cuando todos los asistentes
comenzaban a enfilar la puerta de salida, sorprenden -¡una vez más!-
para comparecer de nuevo a un estallido final donde suenan dos
clásicos: “Rifle de repetición” y la inagotable “Gente
abollada” para que el festín sea completo y celebrar esta primera
vez que, esperemos, no sea la última. Una demostración de clase y
de orgullo creativo.
MANOLO
D. ABAD
Fotos: M.D.A.