Crónicas de Vestuario. -
“Sustancia
e insustancia”
En una competición tan dura y larga como es la segunda categoría
del fútbol español conviene no confiarse ni dejarse ir porque la
penalización cae en el momento más inesperado. Es por ello que se
deben construir grupos fuertes y unidos donde todos aporten y nadie
se escaquee. La diferencia entre sustancia e insustancia. Sustancia
la de aquellos que desean ser protagonistas, tratan de sobresalir y
trabajan duro en esa línea. Insustancia la de esos que se dejan ir,
que aportan muy poco y que se instalan en una mediocridad asumida,
rutinaria, oscura. Ahí es donde se producen las diferencias en un
campeonato siempre marcado por la igualdad.
Se pudo comprobar en Lorca sobremanera todo esto. Jugadores que han
dado un paso adelante, como Rocha (¡qué golazo el suyo y que gran
partido!), otros que están comenzando a recordar a quienes fueron
como Forlín y quienes, no estando en la mejor condición física, se
dejan todo en el césped como un Diegui Johannesson que llegaba
renqueante tras una semana de dolores. El caso de Saúl Berjón es
otro de esos que marca esa diferencia de la que hablamos: se ha
propuesto liderar, sabedor de su enorme clase y del papel crucial que
tiene en el equipo. Y lo hace, claro, con brillantez. Si a ello
unimos el momento goleador de Miguel Linares, quien con su
quincuagésimo gol oficial como azul ha entrado en el olimpo de
grandes anotadores del Real Oviedo, podemos entender que se
consiguiera una victoria sólida y sin sobresaltos ante el Lorca.
Añadir que Juan Antonio Anquela está logrando un bloque solidario
donde no lo había y esa fortaleza de grupo es otro valor más para
manejarse por la larga travesía de la Segunda. Conseguida la
tranquilidad en la portería con la presencia de Alfonso Herrero, el
once azul se muestra más maduro, con más consistencia.
Sólo queda desear que se mantenga esta línea. Que en cada nuevo
partido no se olviden ni sacrificio ni compromiso ni la entrega
solidaria en pos del bloque, las palabras que llevan al éxito, a
éxitos como esta victoria de oro frente al Lorca. La
autocomplacencia y la vanidad ya hemos visto muy cerca de nosotros
hacia dónde conducen. Trabajo, humildad y unión son algunos de los
argumentos para no dejar de creer y para alimentar una esperanza que,
aunque lejana, siempre está presente en el horizonte de todos.
MANOLO D. ABAD