Crónicas de Vestuario. -
“El camino a la solidez”
Para manejarse por las procelosas aguas de la Segunda División hay
una serie de aspectos que se revelan como básicos, la pura esencia
de la categoría: intensidad, seguridad defensiva y una buena lectura
de las situaciones complejas o difíciles que se tengan que abordar a
lo largo de un partido. Ser un equipo macizo, sólido, es fundamental
para nadar en esas aguas turbulentas de la categoría de plata del
fútbol español.
Juan Antonio Anquela lo sabe a la perfección y, poco a poco, va
consiguiendo que esa solidez sea una de las principales señas de
identidad del equipo. Contra el Cádiz, nuevamente con numerosas
bajas, especialmente en el centro del campo, el Real Oviedo se
comportó con una madurez envidiable en un once con tantos
lesionados y con una plantilla aún tratando de engarzar muchas de
sus (nuevas) piezas. Maniató al Cádiz hasta hacer de él un equipo
irrelevante y tuvo la paciencia suficiente para trabajar a destajo en
todas las facetas del encuentro. Fue uno de esos partidos que no
pasarán a los anales del fútbol, si acaso por el gol de Toché,
puro oportunismo para remachar un magnífico pase en profundidad del
renacido Saúl Berjón, que ya no deja su clase con cuentagotas sino
que está exhibiéndose como pocas veces en su carrera. Pero sí es
de esos choques que pueden marcar a un colectivo, reafirmando su
identidad ante un rival que llegaba desde lo más alto.
Esto no sería posible sin la precisa seriedad defensiva, con Carlos
Hernández y Héctor Verdés cada vez más compenetrados. A Verdés,
de quien hemos padecido atolondramientos y boutades diversas (algunas
con el coste de expulsiones absurdas), parece que le sienta bien la
intensidad del entrenador andaluz, la confianza que le está dando.
Esperemos que siga en esta línea. La sobriedad de los laterales
también ayuda. Quizás nos gustaría mayor despliegue ofensivo,
pero, ya saben, en esta Segunda se penan los errores al máximo y,
más veces, ganan las precauciones a la osadía.
En el medio campo, resalta el enorme trabajo de un Ramón Folch que
ya ofrece el extraordinario nivel exhibido en la pasada campaña.
Rocha, cumple y eso es mucho más que cualquier otro momento de la
temporada anterior. Yeboah estuvo algo más oscurecido, aunque lo
intentó y Aarón Ñíguez, aunque aún le falta algo de chispa,
entrega su enorme calidad.
En definitiva, victoria en una prueba de líder como las de muchos de
los equipos que van a visitar el Tartiere. La unión de equipo,
afición, cuadro técnico y directiva, que salió reforzada de El
Molinón es otro de los factores positivos a tener en cuenta para
afrontar los treinta y siete partidos que aún quedan en el
horizonte.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS