“Multicolores”
THE DELTA SAINTS
Teatro Palacio Valdés,
Avilés.
Domingo, 26 de marzo de
2017.
Ya sabemos que eso de las
etiquetas no acostumbra a funcionar muchas veces y, en el caso del
grupo de Nashville The Delta Saints aún menos. Se les empaqueta como
blues-rock pero, en realidad, son una banda de rock de guitarras
americana, con una buena base de múltiples raíces que pueden ir del
folk al blues o, incluso, al country-rock, pero un grupo americano de
rock guitarrero es lo que son, al fin y al cabo.
Impresionados por un
escenario que no dejaron de loar, los Delta Saints fueron de menos a
más hasta acabar creciéndose y firmando un gran concierto. Con un
sonido sólido, las guitarras chispeantes en todo momento y
deslumbrantes apuntes del espléndido Dylan Fitch, los
norteamericanos cuajaron un concierto impecable para quien guste de
los sonidos añejos que siempre han estado ahí, en la más sana
tradición rockera de fuerza no reñida con la emoción.
Es ese sonido que nunca decepciona y en el que el quinteto se esmeró a fondo. Sobraron, cierto es, los alardes individuales con los que cada uno de los componentes se gustó a sí mismo en un tramo de la actuación donde se presentó a cada uno de los miembros del grupo, pero, exceptuando este matiz, cuajaron una impecable sesión en la que se aunaban las raíces con la electricidad, fuerza y sentimiento. Esa paleta de rock americano enriquecido con buenos nutrientes de blues y folk-rock les permite desvelarse en su eclecticismo sin quedarse con ninguna de las opciones, brindándoles múltiples posibilidades sonoras dentro del esquema del rock de guitarras.
Es ese sonido que nunca decepciona y en el que el quinteto se esmeró a fondo. Sobraron, cierto es, los alardes individuales con los que cada uno de los componentes se gustó a sí mismo en un tramo de la actuación donde se presentó a cada uno de los miembros del grupo, pero, exceptuando este matiz, cuajaron una impecable sesión en la que se aunaban las raíces con la electricidad, fuerza y sentimiento. Esa paleta de rock americano enriquecido con buenos nutrientes de blues y folk-rock les permite desvelarse en su eclecticismo sin quedarse con ninguna de las opciones, brindándoles múltiples posibilidades sonoras dentro del esquema del rock de guitarras.
En definitiva, un gran
concierto de una banda honesta que se muestra sin tapujos, directa y
compacta. Todo un regalo para los buenos amantes del rock americano
con buenas dosis de guitarras y electricidad.