Crítica. Música.
-
“Filigranas”
LA
M DE MATILDE
Teatro
Filarmónica, Oviedo.
Domingo
5 de marzo de 2017.
Presentaban
La M de Matilde por todo lo alto su segundo trabajo “Al que yo
besaré” en el marco imponente del Teatro Filarmónica. Un gran
despliegue para ofrecer un concierto especial por lo que supone de
recuperar a una formación que no transita por territorios trillados,
que se enfrenta a unas canciones donde predomina lo intimista y lo
exquisito, en arreglos y composición.
Respaldada
Helena Gil por un soberbio elenco de siete músicos, abrió La M de
Matilde con una de las mejores canciones de su nuevo trabajo -”Mateo
26-48”- en un registro íntimo inusual pero que lograba situar al
espectador ante lo que iba a encontrarse: un grupo que se mueve como
pez en el agua en esos territorios personales y profundos, que ya se
mostraban en su primer trabajo y que han conseguido pulir de forma
soberbia. El sonido perfecto servía para reforzar este gran paso
adelante que supone para el grupo liderado por Helena, que aguantó
con nota el show, y los diversos caminos a los que se ha abierto el
grupo, más allá de lo íntimo, como bien reflejaron en su segundo
tema el cabaretero “Mi manera de pensar” o en “Amor”. El
concierto se fue llevando hasta el territorio más personal en un
tramo final con la demoledora “Tus ojos vagos-Mis ojos miopes”,
la amarga “Lo que queda de ti”, el sorprendente tango “Sueños
de cristal” o “Al alma mía”, acompañada solo de piano (un eminente Fernando Chacón) , para
concluir versionando el clásico de la música francesa que
popularizara Edith Piaf “Non, je en regrette rien”, para
reafirmar lo especial de su propuesta.
El
bis llevaría el sello de la hermosa “El mar del Norte”, otro
recuerdo a su trabajo de debut -“Los días de invierno”- y, ya
con el teatro patas arriba, por todo lo alto, con “Los antros de
Moscú”, que contó con el espectacular refuerzo de tres
bailarinas. La M de Matilde han vuelto para quedarse, conscientes de
que no hay muchas propuestas que se salgan de las convenciones como
la suya y que, además, cuentan con un puñado de canciones que se
pegan al corazón, allí donde más difícil resulta llegar. A la emoción más sincera y profunda.
MANOLO
D. ABAD
Fotos: M.D.A.