Vetusta Blues. –
“Memorias de pez, memorias de mosquito”
Si algo
caracteriza al período electoral es el tratar al ciudadano como si nada hubiese
pasado. Hablo, por supuesto, de los dirigentes. Escuchan, tragan, en algunos
casos, como los de la alcaldesa de Valencia, amenazan con identificaciones
cuando se sienten acorralados por la insistencia de la protesta, pero, en
general, tratan de ofrecer su cara más comprensiva y amable. Un carrusel
incesante de múltiples actividades, visitas, encuentros… Sorprende que, luego,
en el resto de la legislatura no se dé esa efervescencia y todos –bueno, la
mayoría- desaparezcan en sus despachos y sólo salgan a inaugurar.
Otro de los
aspectos que contemplamos es el de tratar al ciudadano como si nada hubiese
sucedido. En el caso de los rectores que llevan en el poder en esta ciudad los
últimos veinticinco años parece que no ha ocurrido nada malo. No hubo
despilfarro, no hubo errores de bulto, no hubo prepotencia, no se hipotecó la
ciudad para muchos años vista, no se han hecho tantas y tantas cosas tan
rematadamente mal, no se ha perdido el tiempo en cercos y batallas políticas
que no interesaban a nadie, no se ha estrangulado el pequeño comercio de la
ciudad,… vamos, que Oviedo ha sido un envidiado edén con simpares
infraestructuras, donde los ciudadanos apenas si pagan impuestos y en el que
todos querrían vivir. Y si usted es taxista, o transportista, o ha de pasarse
muchas horas al volante disfrutará de unos magníficos accesos bien pensados,
con un planteamiento único en el mundo y que, además, mejorará en cuanto se
incorpore un dron en plan tecnología superpunta que va a solucionar los
(mínimos) problemas que las maravillosas entradas a la ciudad plantean. Podrán
disfrutar también de una carpa multichachiguay en las fiestas de la ciudad, muy
económica y con grandes posibilidades tanto para el sonido como para los
espectadores con el que disfrutarán de actuaciones de artistas que ya actuaron
en la ciudad hace veinticuatro años o que repiten cada pocos meses. Lo dicho: a
la vanguardia.
Todo esto nos
lo podríamos creer, cerrando los ojos y escuchando al alcalde de la ciudad que
espera ser elegido por primera vez por sus conciudadanos (el status que
disfruta ahora es el de “heredero”) hablarnos de tal cantidad de maravillas que
uno se pone a pensar si no creerá que los ovetenses tienen memoria de pez, o memoria
de mosquito. Quizás sea el entusiasmo de este período electoral en el que todo
vale y el pasado queda reducido a unos añicos que, como en esa novela cada vez
más visionaria de los tiempos por venir que es “1984” de George Orwell, nadie
podrá recordar.
Un plácido
paseo por Villa Magdalena o pisando el suelo del Campo de San Francisco que
quisieron horadar para otro inútil parking podría despejar la mente y lograr
que muchos de los oscuros recuerdos puedan aflorar. Eso esperamos, al menos,
muchos. Que no todo sean palabras para memorias de pez… o de mosquito.
MANOLO D.
ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 16 de mayo de 2015