Vetusta Blues. –“En las librerías”
Tomémonos un pequeño descanso
entre todo este ajetreo de malas noticias, de hastío. Sumerjámonos en el mundo
más interactivo que existe, como bien apuntó Francisco Umbral: el de la lectura
de un libro. Enroscarse en las estanterías y buscar es otro placer. Nada de
cliquear y cliquear, tocar con tus manos cada ejemplar, contemplar portadas,
leer en las contraportadas sobre el autor y su obra. Un disfrute total que
jamás podrá ser sustituido por el mundo virtual donde pretenden encerrarnos.
Las librerías son un reducto de humanidad, como las bibliotecas, las tiendas de
discos o cualquier establecimiento hostelero. Se habla, se escucha, se vive, se
piensa. Ayer fue el día de las librerías, en pleno otoño, y había que celebrarlo
empapándose de libros y de vida.
Los estudios de Humanidades viven
en un permanente estado de sitio. No sirven para nada, dicen los pragmáticos
que lo resuelven todo con la tiranía del dinero, con el vacío de lo
supuestamente necesario. Y es en momentos de crisis cuando el abrazo de la
cultura resulta más necesario. Aún con el propio acoso del estado que se empeña
en penar con un desmesurado iva el placer de la literatura, de la música, del
cine o del teatro. Sí, es un lujo, un lujo que nos hace libres. Que nos
mantiene a salvo de salvapatrias, de voceros, de mentirosos, de todo lo que
vomita la televisión. Las letras, las humanidades, ayudan a pensar por uno
mismo que es la mayor cumbre que puede alcanzar un ser humano. Pensar,
discernir, escoger. En esta España de nuestros dolores se pretendió crear una
fuerza de trabajo ágrafa, dominada por los valores del dinero y del poder
impulsados por la televisión y así estamos. Envueltos en un mundo de imbéciles
integrales que pretende sólo fama y dinero cuanto antes y de la forma más fácil
posible. Carne de polígono y discoteca cutre, de coches tuneados, de tatuajes
extravagantes. Una fachada rutilante y un interior podrido.
Rebusco el nuevo libro de Greil
Marcus “La historia del rock´n´roll en diez canciones”, lo último que han
publicado los de Sajalín –siempre cuidadas ediciones- de mi adorado Edward
Bunker y remato la compra con el reciente libro de mi querido José Luis Piquero
“Cincuenta poemas. Antología personal (1989-2014)”. Combustible para afrontar
los días fríos que se avecinan y para enfrentarse a todo lo que nos llega, ese
tiempo de elecciones donde habrá que pensar más que nunca, elegir y creer que
un tiempo mejor está por llegar.
MANOLO D. ABAD
Foto: ÁLEX PIÑA
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 29 de noviembre de 2014