Vetusta Blues. -
“Pregonero”
Son muchas las maneras de
estar. Son muchas las formas de ser. Si de escribir hablamos, más
aún. Aunque existan algunos que se creen iluminados por una varita
mágica que les permite abrir zanjas donde marcar qué es y lo qué
no es, en un juego trasnochado de pedantes creadores de moda que
señalan con su retórica de buñuelo inflado con palabras
grandilocuentes un irremediable vacío que queda muy bien como
supuesto cultureta engañabobos y que, al final de tanta superchería,
queda puesto en evidencia.
Sí, según el vaticinio
de uno de estos popes pseudoculturales, de inflamada voz repleta de
altisonancia hueca para engañar a incautos de toda condición, lo
nuestro era algo con caducidad a tres meses. Una vez no cumplido el
designio del ampuloso oráculo, voz ineludible de la cultura vacía,
supuestamente maldita, repleta de nombres sin contenido ni
contención, llegaba el momento de larvar una labor de zapa mucho más
miserable, tratar de que el designio se cumpliese lanzando infundios,
generando odios y provocando la expulsión. Ajenos a ello, muchos
lectores de quien iba a ser efímero articulista le llamaron para un
nuevo reto vital: ser pregonero de las fiestas del Oviedo Antiguo.
Y allí estaremos,
viernes 2 de junio de 2017, dispuestos a afrontar una nueva
experiencia que llena de orgullo. Porque ser elegido por una
asociación como Oviedo Redondo para pregonar sus fiestas es algo muy
grande, algo que deseo compartir con los vecinos de mi ciudad, a la
que quiero y siento, por la que he luchado por quedarme, en ocasiones
hasta extremos irracionales. Una asociación como Oviedo Redondo que
lucha por crear un marco de convivencia entre todos, basándose en el
diálogo, para mejorar uno de los lugares más entrañables de mi
ciudad. Sin personalismos, sin oscuros intereses, sin obsesivas
cruzadas contra elementos que dotan de una envidiable vitalidad al
Oviedo Antiguo, como la música en vivo, su comercio cercano, como la
hostelería tratada con mimo y dignidad, como sus rincones especiales
que, en la tranquilidad de tardes rezongonas, pueden remontarnos
tanto a la vieja ciudad clariniana como a ese Oviedo que rezuma
literatura por sus cuatro costados, pero, en especial, por esos
claroscuros de las callejuelas donde perderse que sólo se encuentran
allí.
Muchos son los retos a
arrostrar para la mejora del Oviedo Antiguo: acabar con los grafitis
indiscriminados, con esa lacra terrible, arrasadora, del botellón,
con la especulación inmobiliaria, con los “tapados” de la
gentrificación -ansiosos por transformar en una muerta ciudad
dormitorio un lugar tan lleno de vida sólo por llenarse el bolsillo
de la manera más miserable-, con la pobreza que también afecta a
muchos de sus vecinos... Pero uno sabe, casi podría afirmar con
certeza, que por gentes como las de la asociación Oviedo Redondo no
van a faltar soluciones ni diálogo para que muchos de estos
problemas puedan mitigarse o resolverse. A pesar de los otros, de las
otras, esas opacas organizaciones, más convertidas en plataformas de
lanzamiento a la celebridad local de sus cabecillas que en
plataformas para hacer la vida más llevadera a sus vecinos.
Un orgullo poder pregonar
estas fiestas. Que disfruten todos ustedes. Con educación y respeto
a los demás, que eso no debería estar nunca reñido ni con el
disfrute ni con la celebración.
Publicado en el diario "El comercio" el viernes 2 de junio de 2017