Crónicas de Vestuario. -
“Sin plan”
Decía Fernando de Rojas,
el gran autor de “La Celestina”, obra magna de la literatura
española, que”la mitad está hecha cuando tienen buen principio
las cosas”. Pero hoy, en la tarde de primeros de otoño en el
Tartiere hubo un mal principio que acabó en un mal final. Resulta
triste comprobar la impotencia de este equipo para afrontar los
desafíos que suponen jugar en casa. A saber, y el primero de ellos:
llevar la iniciativa, plantear ataques. No sabemos lo que se enseña
en los cursillos de entrenadores, pero da que han dado la espalda al
primer objetivo de este deporte. ¿Cuál? Huuum, meter goles, vencer.
Pues esto, que parece la quintaesencia de este juego da la impresión
de que no se le ha metido en la cabeza a muchos entrenadores. El
nuestro, Fernando Hierro, parece uno de ellos. Negando las bandas
como lugar para buscar el gol. Acumulando centrocampistas de
velocidad corta y pase de seguridad (hacia atrás, nunca hacia
delante) con obsesiva contumacia. Llevando un ritmo tontorrón,
lento, cuyo emblema es Edu Bedia, a quien nunca pondrán una multa de
tráfico por exceso de velocidad, no. Al menos, en un campo de
fútbol. Siendo un equipo previsible, con una pertinaz
previsibilidad. Quedando a expensas de lo que los killers del área
ofrezcan, de algún miserable balón que caiga para que Toché, o
Linares, o Michu hagan el milagro.
Ante un conjunto como el
soriano, la exposición de miserias de los de Hierro fue diáfana. Un
equipo sin otro plan que el defensivo. Un equipo que ha borrado las
bandas. Un equipo que navega a la deriva a expensas de lo que
ofrezcan los contrarios. Lo de Cádiz no fue más que un bendito
espejismo y hoy ante los de Jagoba Arrasate hemos regresado a la
mediocre realidad de un once ramplón, a velocidad de tortuga y
totalmente previsible. El tránsito se prevé largo y doloroso. Hoy
ha sido un día de antifútbol, negando los principios básicos de un
deporte en el que, repito por si no hubiera quedado claro, el
objetivo es ganar al contrario metiendo goles. Con tres fabulosos
delanteros como Toché, Linares y Michu tiene mérito no ser capaz de
crear ocasiones, no disponer balones para que brillen.
Y, al final, sólo queda
el bochorno de tener que someterse a una épica vacua, sin intención,
sin carácter, con Nando -único hombre con capacidad para
profundizar en las bandas en estos momentos- llevado a una catarsis
que no funciona. Porque no hay plan, porque no se juega a nada más
que a verlas venir. Y ese siempre es un mal plan. Un pésimo plan. El
plan de los mediocres sin plan. Mal plan para una afición que aspira
a algo más que a deambular por esta división como un once sin
personalidad, sin fuerza y sin carácter. Sin plan.
MANOLO D. ABAD
Foto:J.L.G.FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 3 de octubre de 2016