Crónicas de Vestuario. -
“En la rula no preguntan”
Va tomando cuerpo el
equipo de Fernando Hierro en sus hechuras de conjunto y, poco a poco,
mejorando en sus puntos fuertes, lo que le permite mantener una
estupenda racha de cinco partidos sumando para ir encaramándose a
las posiciones altas de la tabla. Frente al Tenerife cuajó un
encuentro serio, sin brillantez pero con una envidiable eficacia, a
pesar de que los chicharreros crearon mucho juego y ocasiones, en
especial durante un primer acto notable.
Cuando el Real Oviedo se
encuentra con conjuntos dispuestos a llevar la iniciativa está mucho
más cómodo. Entregados a un trabajo muy exhaustivo en los aspectos
defensivos, con un Lucas Torró muy eficaz y acertado en esas
labores, los azules esperan su momento, un chispazo de su triángulo
mortal para decantar el choque. Así ocurrió en el primer gol: robo
de Michu, balón que recoge Toché con muchos espacios en la punta y
centro a Linares que define de forma espléndida. Antes, los canarios
habían hecho sufrir a los de Hierro creando juego y oportunidades,
con Suso Santana como más destacado en sus acciones ofensivas.
Luego, en los últimos minutos, rueda de brusquedades diversas en un
encuentro que había transcurrido deportivamente pero que se torció
desde la fea entrada de Aitor Sanz a Michu. La frustración de los
tinerfeños también hizo lo suyo.
La segunda parte siguió
en manos de los de Martí durante veintiocho minutos de monólogo
canario. Los azules, replegados y a la espera de un nuevo destello
con el que definir. Los minutos fueron desgastando a los visitantes y
el Real Oviedo se dio cuenta de ello, con muchos más espacios que
aprovechaba constantemente un fenomenal Linares, que acabaría
encontrando un nuevo premio poco después de estrellar otro balón al
poste. Era su noche, su gran noche: no sólo aportó un infatigable
trabajo sino que creó peligro con su movilidad. Al final, otra
victoria más por el mismo resultado -2 a 0- que ya se ha repetido
cuatro veces esta temporada, con una exacerbación del pragmatismo
futbolístico como principal evidencia. Sacrificio defensivo y
efectividad atacante, esas son las premisas sobre las que se basa el
éxito de estas últimas semanas. Nada de juego muy elaborado o de
toque, aunque en el lado positivo ya vamos pudiendo observar algo más
de fluidez en las bandas. No todo lo que sería deseable, claro, pero
un poquito más que en otras ocasiones.
Es como si Fernando
Hierro conociese ese dicho futbolístico y asturiano que tanto nos
gusta, ya saben: “En la rula no preguntan, apuntan”. Mientras
prosiga la efectividad goleadora -con un tridente como el azul
deberíamos estar tranquilos- y pueda mantenerse la portería a cero,
todo será coser y cantar. Eso sí, cuando lleguen equipos
aguerridos, el sufrimiento será mayor. Disfrutemos del momento, que
en una competición tan larga poder paladear la suma de unos nuevos
tres puntos se impone como necesaria.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: J. L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 24 de octubre de 2016