Crónicas de Vestuario. –
“El aire del jorobu”
El aire de les castañes trajo una victoria por goleada
en la calurosa tarde de Desarme en Oviedo. Tras la esforzada victoria copera
ante el sólido UCAM Murcia y que los dieciseisavos traerán viejas cuentas
pendientes contra la Real Sociedad, el regreso a la realidad liguera traía a un
nuevo filial -el Celta B- con todas las incógnitas que tiene enfrentarse a
estos equipos. Ya se sabe, por experiencias tan negativas como la derrota ante
el Valladolid Promesas, que todo es posible frente a estos conjuntos, capaces
de lo más inaudito y sorprendente.
Tocó la versión azul más segura y contundente frente
a un filial celeste que siempre quiso jugar y no perderle la cara al partido. Tras
unos compases iniciales de tanteo, el Real Oviedo comenzó a empujar con más
fuerza arriba y así llegaron los primeros saques de esquina, origen siempre de
peligro en los azules. Un barullo en el área gallega lo resolvió Miguel Linares,
iniciando así su tarde de gloria con un hat-trick remachado con un tercero
desde el centro del campo en la segunda parte. La fe de este jugador contagia a
sus compañeros y comunica con la grada. Esa comunión tan necesaria con la
afición encuentra en el “9” azul su mejor vía de transmisión. Hacerse fuertes
en casa es algo fundamental para alcanzar el objetivo señalado. El reto ahora
es ampliar esa solvencia a los encuentros fuera de casa.
La segunda parte nos deparó una lluvia de goles,
aunque todo arrancase de la jugada clave del partido. Corría el minuto 4 cuando
Esteban atajaba un cara a cara con Samuel, uno de los mejores del filial
vigués. El saque posterior del portero avilesino llegaba a Linares que acabaría
resolviendo por segunda vez tras combinar brillantemente con Héctor Font. De un
posible empate a un gol a un 2 a 0. La locura llegaría con el tercero de
Linares desde el centro del campo. Como sería la celebración, que los gallegos
aprovecharon la euforia para anotar su gol del honor.
A partir de aquí, fiesta
del Desarme: comidos los garbanzos con espinacas, saboreados los callos,
llegaba el momento de disfrutar de un buen arroz con leche. Fue la hora de ese
Omgba que no sabe de relajaciones ni de descanso y que marcaba el quinto, el
célebre “jorobu”, de nuevo en el marcador del Tartiere. Momentos para disfrutar
de un camino aún muy largo donde el nuevo desafío es trasladar la contundencia
casera más allá del Nuevo Tartiere. Oportunidad de oro el próximo domingo en
Miramar ante un Marino en horas bajas, para abrir un ciclo de tres partidos
frente a conjuntos asturianos antes de
afrontar una nueva prueba de fuego ante el Real Murcia y cerrar el primer
tercio de competición donde ya se podrán efectuar las primeras valoraciones
serias.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 20 de octubre de 2014