viernes, 20 de junio de 2014

Enrojecidos


Crónicas de Vestuario. –
“Enrojecidos”

La resistencia al cambio de Don Vicente del Bosque ha traído como consecuencia uno de los mayores desastres de la historia del fútbol español. Esa resistencia al cambio, a no efectuar grandes transformaciones es la que, finalmente, ha acabado por condenar a La Roja (¿volverán ahora con aquello de La Furia?) a un siniestro total. Conviene, en un mundo tan dado al resultadismo, recordar cómo en la fase de clasificación para la Eurocopa 2008, la España de Luis Aragonés se encontró con dos derrotas inesperadas: en Belfast, ante Irlanda del Norte (3-2) y en Estocolmo, ante Suecia (2-0). El “Sabio de Hortaleza” aplicó la cirugía a la que nos referíamos en estas mismas páginas hace una semana y que Don Vicente no ha sido capaz de afrontar en este Mundial, cerró para siempre las puertas de la selección a Raúl y comenzó una renovación exhaustiva que condujo a un ciclo victorioso que se terminó perdiendo por primera vez ante Chile en el magno escenario de Maracaná. Al tercer encuentro, con la cirugía aplicada por Luis, se venció a Dinamarca en su propio campo por 1-3 con una demostración de altura en una primera parte para enmarcar.

Don Vicente del Bosque es un hombre tranquilo que nos ha llevado a grandes éxitos y al que debemos estar muy agradecidos todos los aficionados españoles al fútbol. Sin crispaciones, con un sosiego tan castellano como una tarde de estío en un pueblo de la Meseta, ha sabido transmitir la filosofía que inculcó Aragonés. Sin embargo, le ha faltado la capacidad para conseguir una renovación -a la vista de la paupérrima imagen mostrada en este Mundial- que se podía haber llevado a cabo, vistos los muchos mimbres que se han quedado en casa. Valores no faltan y ese puede ser nuestro salvavidas de cara a los años que se avecinan, al reto de volver a hacer historia en la Eurocopa 2016.

Por lo demás, el triste partido de Maracaná transmitió miedo y nervios. Más “Miedo” que en aquella vieja gran canción de Los Enemigos. Y, por regalarnos un poco de música en este día triste, acabó con otro magnífico clásico del grupo liderado por el Josele Santiago: “Na de na”.

Hicimos buena a la voluntariosa Chile, nada del otro jueves, aprovechándose de la debilidad, la incertidumbre e incluso la indolencia del combinado español. Después de una catástrofe como la de Holanda: dos cambios. ¡Dos cambios solo, por favor! Koke, Cazorla, Mata, Villa, mordiéndose las uñas en el banquillo mientras contemplaban el enésimo pase errado de Xabi Alonso (quien, por cierto, en el último tramo liguero se había marcado varios de éstos suicidios), con un once que seguía repitiendo la segunda parte ante Holanda. Una de las frases habituales del mundo del fútbol reza aquello de que “el fútbol es un estado de ánimo” y eso no se lo aplicó Del Bosque. Con sólo dos cambios en la alineación, una invitación al continuismo, a la rutina, que sólo podía conducir al abismo, el estado de ánimo era derrota. Estoy seguro que si su renovación hubiera llegado a cambiar ocho piezas (Iker Casillas incluido), habría transmitido la idea de una revolución que hubiese podido lograr mucho más que esta triste y dolorosa despedida. O, al menos, nos habría quedado la sensación de haber intentado algo diferente. Y quizás haber conseguido aplazar esta grandiosa decepción.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el viernes 20 de julio de 2014