EL LABERINTO QUE LLEVA A TU CASA
Hoy he cruzado
el laberinto que lleva a tu casa.
Hubiese preferido una muralla
y acceder a la torre, cual Calixto.
Pero es otro el esfuerzo que exigiste,
y cada esquina que fui recorriendo
sin hallar la salida, me mostraba
en la piedra grabada alguna cita
que debí añadir a mis recuerdos.
Hoy he cruzado
durante mucho tiempo el laberinto,
y, a cada desencuentro, iba ocultando
momentos de un amor que yo creía
suficientes para que tú me dieras
la pista decisiva hasta tu casa,
sin más memorias crueles.
Hoy he cruzado
todas las puertas que tú imaginaste,
y, en el momento en que cerré los ojos,
negándome a las trampas del olvido,
intuyendo el reclamo de tu amor,
alcancé la salida.
Pero, entonces,
quien me esperaba al lado de tu casa
era sólo una anciana.
Pelayo Fueyo. "Poesía completa". Pre-Textos, 2008.