Era la noche de los reencuentros. De amigos, de viejos conocidos y hasta de algún que otro enemigo. Que en veinticinco años da tiempo para reunir todo un elenco donde mandaron, sí, menos mal, los amigos, los habituales y los que se quedaron en un camino que confluyó gracias a la siempre sabia mano de Alberto Toyos en una celebración sin precedentes. Sólo por ver sobre un escenario a Toli Morilla y a Chiri con «La profundidad» (¡qué gran canción!), ya valió la pena el esfuerzo. Pero es que antes las nuevas generaciones mostraron el porqué de las cosas: grupos como «Mystereo» o «Helltrip» dan sentido a la convocatoria, renovándola. «Black Horde» y «Alto Volto» nos recuerdan que esto es rock, con Tamar y Borja García para dar fe de dónde se esconde la sustancia. El carrusel de encuentros nos lleva al grandioso Pedro Catalán, vivo y coleando, como toda su banda, «UHP». Juan Martínez acierta recordando los cinco euros que cuesta la cerveza. El camarero me suelta eso tan ridículo de «somos la mejor discoteca de Asturias». Algunos que no han podido estar sobre el escenario se dejan ver entre bambalinas, como Ronny Río, mi querido Boni Pérez, Ivo («Muñeco Vudú»), Mario Augusto («Silence Club») o una Ana Santoveña («Silence Club», también), a quien la maternidad le ha sentado espléndidamente. En los corrillos saludo a Toño Barral, con su habitual coña británica. Ismael Piñera y sus «Marienbad» nos traen los aires de Gijón y su sound. Ahí estaba Scatini al bajo, para recordarnos tantas y tantas noches en la Plaza. Identificado a Gijón, pero de Avilés, es José Luis Cienfuegos, que no perdió nota del evento. Y, ya que hablamos de avilesinos, mención para Rafa Balbuena, autor del libro conmemorativo y del imprescindible Béznar Arias.
No podían perderse la celebración gente de locales que son ya santo y seña en la noche rockera ovetense, como Julio Riesgo y Ramón, los responsables de La Antigua Estación. Otro placer: encontrarse con Pío Vázquez, de «El Bueno, El Feo y El Malo». No se puede perder a un guitarrista de la talla de Emilio Fidalgo, nuevo fichaje de «Los Ruidos». Otro que sigue trabajándose noche tras noche es Portu, que resucitó a sus «Crash!». No podía faltar una representación del mundo de la imagen, gente como Carlos Navarro o Iñaki Ibisate. «Los Mancos» tocan sin Javi Otero, pero siguen sonando igual de necesarios, con el latido de esa cuenca siempre tan viva. Saludo a Quilo Zapico y recuerdo toda su implicación para que muchos proyectos llegaran a salir. Cuando franqueo la puerta del local y compruebo que se han acabado las copias del maxi de «Métodos de Danza», con Urrechu al frente, que luego cerrará una fecha en La Calleja La Ciega, llego a la conclusión de que tanto empeño ha sido necesario. Y que vengan otros veinticinco más, claro que sí. Y tú, Toyos, que lo veas.
Publicado en el diario "La Nueva España" del lunes 10 de mayo de 2010 http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/05/10/reencuentros-clave-rock/913071.html