"Del rey al villano"
La casualidad, siempre la casualidad, quiso unir a dos figuras octogenarias del rock´n´roll. Dos supervivientes, cada uno a su manera, que han dejado escrito en el pentagrama de la música rock líneas superlativas que traspasaron la frontera de sus días y, aún hoy, siguen marcando un lugar digno de ser recordado. Ambos murieron este pasado fin de semana.
El rey del surf era Dick Dale, un guitarrista zurdo que impuso una pulsación y un sonido únicos e inigualables. Influencia -bastarda o genuina- para otras leyendas como Jimi Hendrix o, por su peculiar maestría a la hora de tocar, del heavy, Dale abrazó y honró a la música que se identificó con los veranos eternos en playas de ensueño. Afectado por el cáncer -a pesar de ser un detractor tanto del alcohol como de las drogas- en los años 60, su estrella comenzó a declinar con la eclosión beetleliana. Rescatado gracias a "Pulp Fiction" y el buen gusto de Quentin Tarantino, sobrevivió a sus enfermedades (diabetes, insuficiencias renales) y, dadas las condiciones draconianas de la sanidad norteamericana, se vio obligado a eternas giras mundiales donde dejó constancia de su peculiar pulsación en sus Fender Stratocaster. Sus lecciones se pudieron disfrutar en el invierno de 2010 en la sala Acapulco de Gijón.
El villano era Andre Williams, que transitó por las catacumbas del rock desde mediados de los años 50. Las curiosidades del mundo del rock nos llevan a comprobar que fue coautor de la primera canción de Stevie Wonder "Thank you for loving me". Más allá de estas anécdotas, su peculiar dicción y esos recitados precursores de Lou Reed le propulsaron a un lugar en la escena del blues. Enganchado a las drogas y al alcohol desde finales de los 60, acabaría en lo más hondo del pozo durante los 80, llegando a mendigar en la calle. Recuperado de sus adicciones, llegó una época dorada bajo los auspicios del sello Bloodshot a finales de los 90 y contó con la ayuda de los canadienses The Sadies para retomar su carrera. Reivindicado por gurús de lo alternativo como Jon Spencer Blues Explosion -que también le dieron cobertura en directo- Williams mostró la virtudes de su rock primitivo, que enlazaba con el blues, con la clase irreemplazable del precursor que da lecciones casi sin querer. Se le disfrutó en Asturias en varias ocasiones, como el Crossroad 2007 o el FICX 2013.
MANOLO D. ABAD
Foto Andre Williams: ALBERTO CEÁN
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 19 de marzo de 2019