Crónicas de Vestuario”. -
“2013”
El partido contra el FC Cartagena ha vuelto a demostrarnos la realidad de este Real Oviedo de mentira. Como en ese viejo chiste de los ochenta: mucho músculo, poca pólvora.
Lo peor de todo ha sido comprobar cómo el conformismo, la indolencia y vete a saber qué tú más, se han instalado en el conjunto. Unos primeros minutos de espejismo, y, después, nada.
Era de esperar lo sucedido, pero no de manera tan cruel. Un rival recompuesto- hasta seis de diez nuevos refuerzos en liza – dejó en ridículo a un equipo desnortado, sin pólvora arriba, con incapacidad y tal impotencia desesperante que dejaba al seguidor con tal desazón que no queda la más mínima esperanza de revertir semejante dislate.
El conformismo se ha apoderado de nuevo de un equipo que, supuestamente, saneado por todas sus deudas, debe embarcarse a una esperanza - ¡ay, la esperanza! - donde no sé qué (soy de letras) quedará el club (bueno, la SAD) liberado de unas deudas que impiden maniobras. Hasta ese día, olvídate de aspiraciones. Hasta ese momento, te mentirán a la puta cara con historietas. Que para eso está la individua: para callar, destruir, matar (si ella pudiera), cada voz discordante. Que no se mueva nadie, que ella (y sus héroes que “salvaron” al club en 2003) estaba salvando al equipo vete a saber cuándo… no abandonó: hoy manipula para estar, a buenos réditos, y para acallar cada voz discordante y vivir a sueldín, claro (lo que realmente importa, lo demás es una mierda pseudoromántica para alimentar romanticismo estúpidos).
Pero es que hoy – quitando al lamentable Aburjania- el Cartagena le ha puesto al director deportivo (quien hasta hace unos meses me pareció competente) con colores de rojo sporting. No entendemos el por qué. O sí, por ese 2023.
MANOLO D. ABAD