EL TEATRO ÍNTIMO DE DOÑA POM
Historia de una vocación sepultada entre gentes de diversos géneros
Doña Pom fue una mujer fachendosa, estirada y del hígado; de joven pecó de muchas lecturas y de muchas rarezas. Tuvo pujos líricos y alarmó a sus padres, unos honrados comerciantes de La Habana, con estridencias políticas que a nada conducían. Después vino a España y se casó con un médico homeópata de Valladolid.
Doña Pom tenía caprichos, debilidades de mujer: encuadernar los libros de sus poetas favoritos, asistir a los estrenos como crítica objetiva, espulgar sus perros, teñirse el pelo de rubio y mantener una correspondencia epistolar, secreta y platónica con un mequetrefe de veinte años que estaba en una compañía de comedias.Doña Pom, en sus ratos libres, que no eran muchos, dada su vida social y las debilidades antes dichas, escribía, y escribía a la moda. Le habían metido en la cabeza el surrealismo a ella, tan dada a las lecturas decimonónicas; fue en su vida como si inventase el submarino, y se disparató de tal modo que no hubo manera de aguantarla.
Ignacio Aldecoa. "Cuentos Completos" (Alfaguara