Crítica Música. -
"Lo que dicta el corazón"
THE FIESTA: VETUSTA MORLA; PONY BRAVO, NEW YOUNG PONY CLUB, DJ AMABLE.
LabCafé, Gijón.
Sábado 19 de noviembre de 2011.
Volvió a llenar el festival dentro del Festival de Cine mostrando el acierto -otro más, ahora que las interesadas dudas parecen recorrer una gestión intachable como la de Cienfuegos al frente del FICXixón- de una opción que consigue reunir en el inmenso hangar de la Laboral a un público ávido de conciertos. Las grandes estrellas del cartel, quienes justificaban la inversión y el esfuerzo, no decepcionaron. La apuesta de «Vetusta Morla» por lo emocional, por extraer, parafraseando aquella letra de los «Mercromina», «lo que dicta el corazón» sigue funcionando a las mil maravillas. Quizás alguien pueda achacar cierta grandilocuencia, ésa que se produce cuando las emociones se desbordan, cuando el corazón no cabe en su sitio y todo conduce al mismo objetivo. Como en esa disyuntiva del enamorado platónico que trata de expresar en vano su sentimiento en algo real, los madrileños se manejan como pocos en las fronteras donde el abismo y la gloria se funden. Ante eso, poco importa la fiesta psicotrópica de unos «Pony Bravo» que, ¡ay!, han abandonado sus veleidades de spaghetti rock en virtud de una loca carrera hacia el túnel que sepultó al gran Julian Cope, o la penúltima sensación británica tratando de rescatar ese afterpunk que está mejor en manos de los pioneros, o un Dj, sí, amable, que pretende hacernos olvidar el contorno de la figura que ilumina los sueños del enamorado.
"Lo que dicta el corazón"
THE FIESTA: VETUSTA MORLA; PONY BRAVO, NEW YOUNG PONY CLUB, DJ AMABLE.
LabCafé, Gijón.
Sábado 19 de noviembre de 2011.
Volvió a llenar el festival dentro del Festival de Cine mostrando el acierto -otro más, ahora que las interesadas dudas parecen recorrer una gestión intachable como la de Cienfuegos al frente del FICXixón- de una opción que consigue reunir en el inmenso hangar de la Laboral a un público ávido de conciertos. Las grandes estrellas del cartel, quienes justificaban la inversión y el esfuerzo, no decepcionaron. La apuesta de «Vetusta Morla» por lo emocional, por extraer, parafraseando aquella letra de los «Mercromina», «lo que dicta el corazón» sigue funcionando a las mil maravillas. Quizás alguien pueda achacar cierta grandilocuencia, ésa que se produce cuando las emociones se desbordan, cuando el corazón no cabe en su sitio y todo conduce al mismo objetivo. Como en esa disyuntiva del enamorado platónico que trata de expresar en vano su sentimiento en algo real, los madrileños se manejan como pocos en las fronteras donde el abismo y la gloria se funden. Ante eso, poco importa la fiesta psicotrópica de unos «Pony Bravo» que, ¡ay!, han abandonado sus veleidades de spaghetti rock en virtud de una loca carrera hacia el túnel que sepultó al gran Julian Cope, o la penúltima sensación británica tratando de rescatar ese afterpunk que está mejor en manos de los pioneros, o un Dj, sí, amable, que pretende hacernos olvidar el contorno de la figura que ilumina los sueños del enamorado.
Y
en ese terreno, sólo vencen «Vetusta Morla», desnudos, sin más arma que
los sentimientos, sinceros, a flor de piel.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "La Nueva España" el lunes 21 de noviembre de 2011. http://www.lne.es/sociedad-cultura/2011/11/21/dicta-corazon/1159750.html