Crónicas de Vestuario. -"Changes"
Cuatro meses hacía que el Real Oviedo no ganaba fuera. Una racha negativa que se cerró en un lugar inesperado donde hasta ahora nunca se había podido ganar, un sitio que no trae buenos recuerdos a la afición azul como Lugo. Cuatro meses sin vencer fuera, demasiado tiempo para un equipo con aspiraciones que ¡ojo! merced a la tremenda igualdad de la categoría, no ha supuesto una pérdida irresoluble.
Venían los de Anquela tras romper una racha -en este caso, positiva- ante el Alcorcón en un Carlos Tartiere donde la afición azul no veía perder a su equipo desde la primera jornada ante el Rayo Vallecano, un ya lejano 20 de agosto de 2017, pero lo que más preocupaba era la imagen ofrecida. Porque se veía a un equipo rutinario, perdido en sus propios automatismos, a merced de rivales que sabían cómo neutralizar sus opciones y con los jugadores sin chispa en un esquema que, sí, dio sus frutos -y muy brillantes- pero que, desde la victoria ante el eterno rival, parecía bien aprendida por todos y cada uno de los equipos que componen la Segunda División española.
Dudo que Juan Antonio Anquela haya escuchado a David Bowie y una de sus grandes canciones -"Changes"- pero, ante el cuadro gallego pareció optar por sus consejos, como si hubiese leído la letra y se la aplicase: "...Veo las ondas cambiar de tamaño/ pero nunca dejar la corriente/ de cómoda transitoriedad/ y entonces los días pasan delante de mis ojos/ pero éstos parecen siempre iguales/... Cambios: vuélvete y enfréntate a la presión...". Sí, sabemos qué representa trabajar en un equipo como el azul, sabemos qué es afrontar las ansias y deseos de toda la gran familia oviedista. Pero con lo que no se podía continuar es con seguir proponiendo los mismos argumentos. Cuando, en los últimos tiempos, las circunstancias obligaron a esos cambios (ejemplo palmario fue la presencia a la desesperada de Steven que se coronó con un gol definitivo) resultaron positivos. Ante el Lugo, también.
Aunque uno no llegue a entender cómo se renuncia a Steven vista la tremenda crisis que afrontan los dods delanteros azules que, sí, también acumulan unas rachas negativas que, esperemos y deseemos, pronto se trunquen: no marca Linares desde el 10 de febrero ante el Cádiz, mientras Toché no anota desde el 20 de enero que lo logró frente al Almería. Datos preocupantes, muy preocupantes, a pesar de que al murciano le han sido anuladas tres dianas en estas últimas semanas.
Preocupa también -y mucho- el tema arbitral. No se trata de instalarse en el victimismo, pero en estos meses de 2018 se han visto actuaciones "finas" (y otras ni tan siquiera calificables así) que, la mayor parte de las veces, han perjudicado con claridad al Real Oviedo. Sería aburrido enumerarlas pero, ya que hablamos del partido ante el Lugo, nos quedamos con la alevosa agresión del guardameta del conjunto local -Juan Carlos Martín- tras anotar Diegui Johannesson el tanto de la victoria, que debería provocar la actuación de oficio del comité correspondiente.
Lo más importante: a falta de ocho jornadas para el fin de la temporada regular, el equipo de Anquela se mantiene vivo. Es ese momento en que se requiere el último aliento, el decisivo, para poder aspirar a todo. Volviendo a Bowie y su "Changes": "... los cambios toman el ritmo al que voy...". No renunciar al cambio, a los cambios, no envolverse en la rutina y buscar los recambios necesarios, caiga quien caiga, con riesgo y sentido, sin renunciar al impulso de la ilusión de aquellos que vienen de abajo queriendo comerse el mundo.
Fotos: J.L.G.FIERROS