La Habitación Roja: "Siempre queda la rabia"
Con ocho álbumes a sus espaldas y una trayectoria que se remonta a mediados de los 90, el grupo valenciano La Habitación Roja es uno de los referentes del pop indie y alternativo estatal. Hoy sábado regresan a Asturias, a la gijonesa sala Acapulco (22 horas, anticipada 10€/taquilla 12€) dentro de la gira de presentación de su último álbum "Fue eléctrico" (Mushroom Pillow, 2012), donde recuperan su tono más guitarrero. Buen momento para conversar con Jorge Martí (voz y guitarras).
-El tono de este nuevo álbum parece el más oscuro de vuestra ya dilatada carrera, mayor aún que en vuestro "Largometraje". ¿A qué es debido?
Han sido años duros a nivel personal y las canciones no son impermeables, van intrínsecamente ligadas a nuestras vidas. En mi caso particular, estoy mejor y creo que cantar estas canciones sirve para espantar el mal.
-Mientras muchos grupos y artistas parecen decididos a optar por un tono más acústico, aquí vuelven a estar presentes algunos de vuestros momentos más guitarreros, ¿queda la rabia?
Siempre queda la rabia. Creo que la música es una forma de desahogarse y sirve para canalizar las frustraciones. También para celebrar los buenos momentos, y algún ejemplo de esto también hay en el disco. Este disco es una respuesta al anterior, que era más tranquilo y lánguido, más acústico. Nos apetecía poner los amplis al 11 como en Spinal Tap.
-Una de las frases que más me han gustado es la de "la música nos salvará". ¿Os ha salvado en vuestra vida la música en algún momento?
Sí, creo que de alguna manera ha hecho nuestras vidas muy excitantes y especiales. No es que no pudieran serlo sin la música, pero tener la oportunidad de cantar lo que sientes, de que la gente lo haga suyo, de poder viajar por medio mundo y conocer gentes, culturas, lugares diferentes a los tuyos, todo ello gracias a unas canciones que has escrito en tu cuarto y has compartido con tus amigos. Eso no tiene precio. No es síndrome de Peter Pan, pero si mantienes la ilusión y la capacidad de emocionarte con lo que haces sí que es una especie de viaje de fin de curso continuo.
-LHR siempre ha sido una formación que nunca ha dejado indiferente, para bien o para mal, con todos los trabajos que lleváis a vuestras espaldas, ¿os sentís como unos supervivientes?
Bueno, si echas la vista atrás ves que hay un montón de bandas que ya no existen y también hemos visto a otro montón nacer y desaparecer. No es algo que nos preocupe demasiado. Si seguimos es porque estamos a gusto, tenemos ilusión y las cosas marchan bien a todos los niveles. Puede que la gente sí que nos vea como unos supervivientes, pero vamos, hacemos lo que nos gusta y lo hacemos porque disfrutamos con ello y definitivamente el balance es muy positivo. Tenemos un público excelente y muy fiel que valora mucho todo lo que hacemos y somos conscientes de que no puedes gustar a todo el mundo. No estamos en esto para complacer a la gente, aunque nos gusta que la gente sienta placer, claro.
-Da la impresión que la generación surgida a principios de los 90, a pesar de su riqueza en número y calidad, siempre ha estado cuestionada dese ciertos medios, ¿a qué creéis que se debe?
A nosotros se nos ha puesto muy bien y muy mal dependiendo del disco que hayamos hecho y de quien haya escrito sobre nosotros. Hay gente reputadísima que ha hablado a las mil maravillas de nosotros. A otros, lógicamente no les gustaremos, pero ante todo nos sentimos un grupo muy respetado. Hemos tocado en infinidad de sitios y hemos salido en infinidad de publicaciones de todo tipo. Si hay gente que te quiere y venera habrá gente que te cuestiona. Es así, es ley de vida y hay que aceptarlo. Lo importante es ser fiel a lo que uno siente y obrar en consecuencia, y eso, es algo que siempre henos hecho.
-Lo que parece claro es que formaciones como vosotros o los Niños Mutantes dan testimonio de una trayectoria envidiable y que debería obtener, al menos, el reconocimiento de resistir sin perder el norte ni haber hecho excesivas concesiones, ¿no?
Nos sentimos reconocidos y creo que tenemos una bonita trayectoria, honesta y coherente. Tal vez podría ser mejor, claro, pero cuántos artistas hay que merecen mucho más y no lo tienen? Muchísimos. No estamos aquí para quejarnos, sino para hacer las mejores canciones posibles. Si va bien perfecto y si no, las seguiremos haciendo aunque sea para nosotros solos.
-¿Qué hace seguir adelante a un grupo como LHR?
La emoción que nos provoca la música, las buenas canciones, la amistad, el público. De la música nos gusta prácticamente todo y seguimos teniendo retos por delante. Tras el verano volveremos a México de gira, este disco nos está dando muchas alegrías y ya nos rondan ideas por la cabeza para hacer otro más. Mientras haya ilusión y canciones no nos van a faltar ganas.
-Visitáis de nuevo Asturias, un lugar donde tenéis muchas amistades, que incluso han llegado hasta a emprender proyectos creativos conjuntos. ¿Alguna sorpresa para el concierto de hoy?
Los conciertos son imprevisibles y uno no sabe qué es lo que va a pasar cuando empieza. Siempre pasan cosas que no esperabas, como por ejemplo ayer en Santiago, que fue mágico, o el otro día en Toledo, que hubo un apagón y seguimos adelante con una canción desenchufados y luego al final de la misma volvió la corriente y acabamos la canción de nuevo enchufados. Cada concierto es diferente al anterior y queremos que éste de Gijón también lo sea. Además es el final de esta primera parte de la gira y uno nunca sabe lo que puede pasar en el futuro. Lo daremos todo, no vaya a ser que sea el último.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "La Nueva España" de Gijón -edición papel- el sábado 26 de mayo de 2012.Foto: SERGI A. MINGUELL