miércoles, 15 de septiembre de 2010

Adiós con las guitarras, adiós con el corazón



ILEGALES
Plaza de la Catedral, Oviedo.
Lunes, 13 de septiembre de 2010.
Vuelven los mineros a cortar carreteras, se acumulan los parados en un norte cada vez más frío e Ilegales tienden un telón definitivo para irse como han vivido en sus veintiocho años de existencia: con la cabeza bien alta.
Los inicios dejan un inusual mal sonido que perjudica al soberbio "Yo soy quien espía los juegos de los niños", síntesis de sabiduría guitarrera y letra sugerente e incisiva. Pronto, el poderoso trío enseña lo mejor de sí, acompañado por un sonido ya perfecto, ciertamente mucho más endurecido que en su anterior comparecencia gijonesa y que engrana hasta una agotadora primera hora donde relucen clásicos esenciales como "Hombre solitario" o "Todo lo que digáis que somos", antes de dar paso a Juan Flores y Xuan Zem con quienes bordará "Ángel exterminador". Y es que los tiempos nuevos y salvajes, los tiempos desesperados que hoy vivimos en una ciudad tan desesperante en sus intolerables contrastes, pertenecen a Ilegales. Lejos de los tiempos de ilusión donde emergieron, los retratos de este individualista a ultranza que es Jorge Martínez no se dejan llevar por "idioteces", como él mismo apunta sino por la rabia de vivir, por ese impulso que nos lleva a la supervivencia. Ya eternos, su pervivencia todos estos años contra la marea de las modas y de la flaccidez de cierto tipo de autocomplaciente rock (o, si lo prefieren, de los sucedáneos rock) es un ejemplo a seguir, aun siendo inimitables y únicos. Muchos les dieron por muertos en los 90, donde Jorge aprovechó para reinventarse y su regreso de las cenizas nos proporcionó esa mezcla de lucidez y consciencia, dos palabras que bien conjugadas en determinados creadores los convierten en históricos, decisivos y que, también, le han llevado a este final.
Imprescindibles ya, para explicar esa parte de la movida oculta por otros fulgores, Ilegales se van, enhiestos y en plena forma para no empañar –como tantos otros- las luces de su legado. En su estatua nunca cagarán los pájaros, dudo mucho que alguno se atreviera.

MANOLO D. ABAD
Publicado el miércoles 15 de septiembre de 2010 en el diario "La Nueva España". La foto es de Carlos Granja. http://www.lne.es/oviedo/2010/09/15/adios-guitarras-adios-corazon/967815.html