miércoles, 30 de diciembre de 2015

En manos del caos


Vetusta Blues. -

En manos del caos”

Seis meses han transcurrido desde la histórica derrota de un régimen que se perpetuó en la ciudad durante veinticuatro años a sus anchas gracias a un histórico acuerdo entre tres partidos. Seis meses en los que no se ha instaurado el caos, como bien quisieron pretender los destronados, los destripadores del, como ellos lo denominan, el “destripartito”. Seis meses en los que muchos ovetenses han descubierto una parte de lo que se escondía tras un muro impenetrable de intereses creados en una tela de araña tejida a lo largo de casi cinco lustros. Algunos de los que permanecían callados -quien sabe si por miedo o por otras inconfesables razones- comenzaron a protestar, a descubrir unos problemas hasta entonces inexistentes (más bien ocultos bajo una densa cortina), a encontrar que su ciudad no era ese paraíso que nos vendían, fritos sus habitantes a impuestos, sometidos a grupúsculos alrededor del régimen que se dedicaban a esquilmar recursos y bienes en su propio interés.
Pues bien, la ciudad de Oviedo ha seguido caminando. No vemos caos por las calles. Los edificios no se caen. El mal no se apoderado de nuestros habitantes ni existe la novela de terror que trataron da inculcar a mucha gente. Los retos, eso sí, permanecen ahí. Son muchos, fundamentalmente en materia urbanística, donde urge un plan que transforme la ciudad aprovechando los espacios que han quedado libres a disposición del municipio. O que aún no lo han hecho y deberían ser convertidos pronto en objetivo de cambios. El antiguo hospital, la fábrica de gas, la antigua fábrica de armas... La plaza de toros, ese ansiado recinto para conciertos, ¡ay! Entretanto, han sido meses de conversión y de freno a unas privatizaciones que ahogaban a impuestos a la población y que revertían en unos intereses que ahora parecen comenzar a destaparse. Mucho es lo que se esconde bajo la alfombra y ya hemos asistido a algunos acontecimientos que avergüenzan a la ciudadanía. La impunidad parece haberse terminado. O si no ha sido así, al menos se ha visto frenada.
El balance, pues, de un tripartito bombardeado por muchos de quienes perdieron sus regalías sin descanso es el de toda la tarea que aún queda pendiente. También resulta necesario que se eliminen algunos compañeros de viaje que hicieron fortuna en el anterior régimen, si no en todos sus años si en una buena parte, algo que le ocurre al concejal de cultura Roberto Sánchez Ramos, muy unido a un viejo colaborador de Gabino de Lorenzo en la SOF que aún resiste, manteniendo la conexión bilbaína y olvidándose del buen hacer de la mayoría de los promotores de conciertos asturianos. Son pequeños flecos que, de no resolverse, pueden suponer un lastre para que el cambio que los ciudadanos ovetenses pidieron en las urnas en el pasado mes de junio, se haga realidad. Sin cargas, sin algunos “usos” y abusos que, esperemos, queden definitivamente desterrados en estos próximos tres años y medio en Oviedo.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 30 de diciembre de 2015

martes, 29 de diciembre de 2015

Band Of Horses "Factory"


Lemmy Kilmister (1945-2015)





miércoles, 23 de diciembre de 2015

En la cola del súper

 

Vetusta Blues. –

En la cola del súper”


Las dos grandes filas en las cajas invitaban a la tranquilidad, a abstraerse del mundo por unos segundos. Saqué el móvil y tecleé en la entrada del facebook para comprobar qué ocurría en nuestros pequeños mundos. La conexión no iba bien. Levanté la vista y me llamó la atención la octogenaria llenando con dificultad un carro con botes de legumbres. Tras ella, otra mujer, cincuentenaria ella, empujaba su ligera compra –una barra de pan y una bolsa con algo que parecía fruta- hacia la de su anciana predecesora. Mucha prisa por llegar a ninguna parte. ¿Por qué todo el mundo se empeña en aproximar su compra que hasta llegan a confundir a las cajeras y cajeros de los supermercados innecesariamente?

-¿Me pueden enviar el pedido a esta dirección? –el hilo de la quebradiza voz de la octogenaria manifiesta un cansancio propio de su edad, tras haber llenado el carrito con una mayoría de botes de cristal con garbanzos, lentejas y alubias.
-Le faltan tres euros para llegar a los cuarenta –replica la cajera. 

La mujer le solicita acercarse por algo que llegue a esa compra. La empleada del supermercado acepta. Y la tormenta se desata: la mujer que acumulaba su barra de pan y la bolsa con algo que parecía fruta se enfurece.

-¿Por qué tenemos que estar aquí esperando? ¡Tengo prisa! ¡No hay derecho a esto!

La fila ya se nutre con siete personas, pero sólo ella protesta. A mi lado, una chica de ojos claros trata de mirar en dirección contraria a la de la cincuentañera. Detrás de mí, calma total: un minuto de espera no va a alterar su vida. Pero para esa señora, sí. Vuelve a arremeter contra la anciana que ha ido a completar la compra. Quizás con la esperanza de montar un buen motín. Pero la “rebelión a bordo” se desata contra ella. Yo mismo la encabezo.

-¿Qué son unos pocos minutos en su larga vida? –replico, con la esperanza de que el torrente de estupideces amaine.
-¿Y usted que sabe de mi vida? ¡Cállese ya! 

La anciana aparece en medio de un mar de improperios. La cajera cuenta al mundo que esta compra de esa señora es para dar de comer a gente necesitada. La cincuentañera prosigue con su letanía cruel y aplastante. Concluye: “Tengo un trabajo y mi jefe se va a enfadar”.

-Afortunadamente, el mío es bastante flexible –añado con ironía.
La mujer, de amplias bolsas bajo unos ojos de hielo que tratan de clavarse en mí, responde.
-Pues a mí me exige unos horarios.
Me pone en bandeja una réplica implacable.
-"Si tan malo es su jefe, ¿qué pinta usted haciendo la compra en su horario de trabajo?"

Vuelve a clavarme los ojos gélidos, insensibles a cualquier forma de piedad, sobre los míos. Ya se ha olvidado de su anterior objetivo -la octogenaria caritativa- y ahora soy yo, el insolente deslenguado dispuesto a desafiar su mal rollo quien merecería morir. Pero ya no dice nada. Poco más le queda por añadir. Trata con su silencio de imponer un miedo que no tengo.

-Si tuviera una ametralladora, me masacraría aquí mismo –le digo a la chica de ojos claros que va delante de mí en la cola. Aunque la afirmación la escucha todo el local. La cajera tiene problemas para contener la risa. La cincuentañera sale a toda prisa del supermercado, quién sabe si dispuesta a echarle la bronca a su jefe por haber tenido que esperar a una pobre octogenaria que sólo quería hacer una buena obra a personas necesitadas. Cuando salgo del establecimiento, tras comprobar el regocijo de quienes han asistido a la vergonzosa escena de absurda intolerancia, quien no puede aguantar la sonrisa soy yo. Y canto a Pablo Und Destruktion: “A veces la vida es hermosa”.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 23 de diciembre de 2015

martes, 22 de diciembre de 2015

De tres en tres

 

Crónicas de Vestuario

De tres en tres”


El Real Oviedo ha encadenado su mejor racha de victorias en el mejor momento, justo para afrontar el período vacacional con buen ánimo. Tres victorias consecutivas que hablan del gran trabajo de su entrenador Sergio Egea para sacar el mejor partido a sus hombres y lograr encaramarse a la tercera posición de la tabla con una firme trayectoria al alza. Llegan días para el descanso, para retomar energías para el tramo decisivo de una competición dilatada que, de la mano del preparador argentino, se afrontan con una mesura que es uno de los elementos claves para alcanzar el gran objetivo soñado por todos los oviedistas.


El encuentro frente al Almería mostró a un equipo asentado, seguro de sí mismo y capaz de hacer frente a un gran inicio de los andaluces que acabarían diluyéndose tras el gol de Toché. Un conjunto diseñado para regresar a Primera, con la plantilla más cara de la categoría, víctima de ansiedades, exigencias, de la perentoria necesidad de ganar y volver por sus fueros, que pena con el farolillo rojo paseándolo con gran dolor por todos los campos de la Segunda. Una penitencia que resquebraja cualquier opción y que sólo sirve para que su territorio sea el del terremoto constante, sin pausa para poder trabajar en salir de esa situación. Un volcán permanente que también se refleja en su juego, que incluso llega a desvirtuar la clase de jugadores como Carlos Cuéllar o Soriano, completamente sobrepasados por la turbulenta situación.


Con el panorama de un once como el andaluz devastado por su presente, los azules tiraron de efectividad y dejaron hacer a los almerienses. Lograda una mayor seguridad defensiva, aunque Esteban hubo de lucirse, magistral, en un par de esas estiradas suyas, prodigio de reflejos y colocación, los de Egea esperaron a que la paciencia de los rojiblancos decayese. No aprovecharon los ovetenses las posibilidades de la ofensiva a la desesperada para machacar el choque, algo que ya ha ocurrido en varias ocasiones y sobre lo que quizás deban esmerarse en resolver pronto para no pasar apuros en los finales de partido y llevar esos minutos con comodidad. Con un hombre con la clarividencia de Héctor Font deberían aprovecharse esos espacios al contragolpe para anotar con mayor facilidad. Deberes de cara al nuevo año que esperemos arreglen con el mismo acierto que su seguridad defensiva. Apoyados en la afición, los azules van convirtiéndose en un grupo solvente en casa, al que sólo le falta cerrar los partidos con algún gol más en los momentos de desesperación y locura de los rivales.



Se llega a este final de año con la sonrisa en la boca y la esperanza de que las cosas continúen así. Con un trabajo plasmado con sensatez. Hermosa despedida para Generelo, además. Un jugador que, con su gran partido en Cádiz ya ha entrado en la historia de un equipo con muchas y grandes historias. Esperemos que las próximas grandes páginas que están por escribirse hablen del soñado ascenso. El once azul está en el camino.



MANOLO D. ABAD
Fotos: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 22 de diciembre de 2015

 

lunes, 21 de diciembre de 2015

Black Swan Lane "Love and light"


domingo, 20 de diciembre de 2015

Black Swan Lane "Time"


Estrategias del miedo

 

Vinilo Azul. –

Estrategias del miedo”


El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti…”
(“Star Wars”)

El avión de los viernes que sale desde Asturias con destino París no va lleno: huecos, cancelaciones. Miedo. Ha transcurrido sólo un mes de unos atentados salvajes en la Ciudad de la Luz y aún persiste el miedo en sus calles, sin las multitudes de costumbre en la capital de Francia. Me siento afortunado de poder compartir el fin de semana con Ella. La temperatura es agradable, algo raro en diciembre, y todos los sitios que suelen permanecer atestados, se presentan cómodos y acogedores. No pienso en miedo. No debe existir el miedo. Pero, sin embargo, ese miedo ha llevado a cancelaciones de reservas, a que mucha gente se encierre en sus casas, a que su vida acostumbrada cambie. A una guerra soterrada que vence a quienes se dejan derrotar por el miedo.

Tomamos unas energéticas castañas antes de entrar al Museo de Orsay. No hay colas pero sí controles más exhaustivos. Ella tiene una tarjeta anual que nos permite la entrada a los dos. Reflexiono sobre la cultura en mi país, en mi tierra, esa gran olvidada, esa gran temida. Los políticos y su miedo a la cultura. Mi único miedo: el de la estupidez que vomitan desde hace años penosas emisiones televisivas o que luce orgulloso en las redes sociales con faltas de ortografía, sintaxis y de respeto hacia el rival. Goya jamás pensó que todos los errores de su época se repetirían, uno por uno, con las variaciones de los tiempos, con perversa sofisticación o con impúdica brutalidad, es lo mismo. El emblema de la “Lucha a garrotazos”, como símbolo de esas Españas irreconciliables.

Tras la idílica jornada, conseguimos cenar en un restaurante afgano del distrito 18, al ladito de Montmartre. Ella ha logrado convencer al dueño para que nos deje una mesa desde las ocho hasta las nueve, pues el local ya estaba completo. Sé que su sonrisa abre fronteras y no me puedo olvidar de los militares muertos en el asalto a la embajada española en Kabul, en la magnífica película “Restrepo” que me sorprendiera hace unos años en el FICX. El miedo y la desconfianza. El miedo, la locura, la ignorancia y la barbarie. A nuestro lado, un grupo de treintañeros celebra un cumpleaños. Hablan con bastante orden, no todos a la vez como acostumbramos en España… Tras la cena –el dueño del restaurante no nos ha apremiado y salimos a las 21:45- escalamos hasta el Sacre Coeur para embriagarnos de la vista del París nocturno. Es respetable el miedo, pero es un lujo que no nos podemos permitir frente a quienes tratan de terminar con la esencia de nuestro modo de vida: las tertulias con nuestras amistades, la música, la literatura, el cine, el teatro, cenar en un restaurante, pasear con libertad. Y somos quienes no nos cegamos ante los lujos sus mayores enemigos ahora. Quienes disfrutamos de un concierto, de un libro, de una película, de una conversación con los amigos, de reuniones en casas o restaurantes, de espectáculos deportivos… Encaminamos nuestros pasos a Montmartre. Tres soldados con sus ametralladoras nos escrutan con indisimulada envidia. La abrazo, mientras sonrío levemente a uno de ellos, de rasgos afilados y cara de concentración. No, no hay que claudicar con el miedo. No, no debemos permitir que con sus estrategias del miedo consigan amedrentarnos y acabar con nuestro modo de vida. Ella me dice que Montmartre está desierto. Mejor para nosotros. Un trío de sin-techo la saluda. Está radiante y su sonrisa serviría para iluminar el rincón más oscuro del planeta. Caminamos hacia su casa, cerca de la Port de Clignancourt, al parecer uno de los puntos conflictivos de la ciudad. En la gasolinera sólo hacen la calle dos prostitutas con aire despistado, el mismo con el que podrían deambular por los alrededores del Campillín. Hay cosas que parecen imposibles de transformar, por desgracia. Pero el miedo, no. No hay que dejarse vencer por el miedo. Hoy, día de votación tampoco. Voten, ejerzan su derecho. Sin miedo. En libertad.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 20 de diciembre de 2015

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La canción de la suciedad

 

Vetusta Blues. –

La canción de la suciedad”


Ya queda menos para el domingo de elecciones generales. Ya queda menos para que todos se olviden de las urnas en la vida municipal ovetense, tan necesitada de sentido común ante los enormes retos que se presentan a la ciudad en este su futuro inmediato. Quizás en ese momento, el lunes 21 de diciembre, se acaben algunas guerras absurdas que llevan entreteniéndonos en las últimas semanas con la misma intención de una mosca que nos distrajera en la cita de nuestra vida, pendiente de un zumbido absurdo, de un revolotear desordenado que llevase la vista lejos de lo verdaderamente importante. 

Como ya no faltaba ningún tema por tratar, llegó el de la limpieza de Oviedo, la justa coleccionista de escobas de toda clase y condición que, al final, hasta consiguieron barrer veinticuatro años de órdenes sin discusión, de maquillajes económicos destapados desde hace unos meses como una piel de cebolla sin fin que va mostrando las capas de muchas grandes mentiras aceptadas como verdad universal en todo este tiempo en Oviedo. Quedaba tocar la limpieza, el emblema, uno de los pocos emblemas sólidos y reales de la ciudad. 

En medio de unas negociaciones que se prevén duras, dado que en todo este tipo de historias a quienes les toca perder es a los trabajadores (y no me tachen de demagogo; vean, comprueben, los magníficos y millonarios predios que se acostumbran a autoadjudicar muchos directivos por sus nefastas gestiones), no podían faltar las interferencias de los destronados y sus satélites para ensuciar a conciencia un tema capital para la ciudad. Inmediatamente me llegó a la mente aquella magnífica adaptación que Los Nikis hicieron de los legendarios Magazine –bien alejada de lo que eran su estilo e influencias- “La canción de la suciedad”. En ese afán de emponzoñarlo todo con la vana esperanza de provocar grietas en el tripartito, los destripadores del –como ellos lo denominan- “el destripartito”, no dudan en causar el mayor mal a la ciudad. Desprovistos de dos décadas y media de privilegios servidos con un descomunal, imparable abuso, ven ahora como ya no es tiempo de favores sino de manchar como sea lo que sea. Una suerte de tierra quemada de la peor especie. En este contexto, Oviedo les importa un pimiento. O esa es la impresión que dan. Hay que recuperar, como sea, todo lo perdido sin que nada se les ponga por delante. Arrancando el bulldozer para arrasar a sus enemigos, a la propia ciudad y sus habitantes si es preciso. Arrasar, incluso, con aquello que hicieron bien, como fue el conseguir un magnífico servicio de limpiezas. Que nada quede para que ellos regresen como los salvadores en un Domingo de Ramos.

Que los días, los meses, de aquel supuesto caos con el que intentaron convencer a los más incautos, van pasando y los ciudadanos de Oviedo comprueban que no. Que no hay caos y que se están destapando los dislates y abusos de un régimen que ha supuesto un lastre enorme para que la ciudad progresase y se situara acorde con los tiempos. Y eso no puede ocurrir, no vaya a ser que…

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 16 de diciembre de2015

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Oviedo-Pekín


Vetusta Blues. -

Oviedo-Pekín”


Por si ya no estuviera suficientemente animado el tema político municipal en la ciudad, este largo fin de semana de puente vino un hecho más a añadirse a la lista de asuntos a tratar: la contaminación. Todo a cuenta de unos niveles de polución que sobrepasaban con creces los admisibles. Casi, casi, como si nos encontráramos en Pekín. Mi recuerdo de varios días en la capital china, en noviembre de 1999, fue el de una urbe descomunal envuelta en una niebla que no se sabía muy bien si procedía de la contaminación o de la propia época del año. Quizás de ambas cosas. Era China un lugar excitante en un momento de cambio económico que aún no se reflejaba mucho en unas costumbres que, transcurridos tres lustros, han uniformado a esa sociedad como cualquier otra occidental más. Entonces sí se apreciaban diferencias, aún les quedaban por llegar los nuevos ricos, los parásitos de las especulaciones salvajes y las grandes desigualdades. Precisamente, al mismo tiempo que Oviedo, Pekín daba la alerta roja por contaminación. ¡Cómo estarán allí los niveles vista la resistencia china a asumir cualquier medida ecológica!

Cuarenta y tres horas han permanecido cerrados los accesos a Oviedo por la autopista “Y”, en una medida tomada a instancias del gobierno del Principado de Asturias debida, supuestamente, al tráfico. Y aquí empiezan los dislates: si fuera a causa del tráfico de automóviles, las sustancias contaminantes serían dióxido de nitrógeno cuando lo que se ha hallado ha sido azufre, con casi total probabilidad proveniente de una planta química, de una cementera o de una planta de coque. ¿Qué sentido tiene, entonces, cortar el tráfico? ¿Y por qué ahora cuando ya se había alertado de un “inusual” y “llamativo” nivel de los registros contaminantes hace un mes en el Naranco y en la Corredoria a través de la Coordinadora Ecologista de Asturias? 
 
Bien parece que, en este caso, no se trata de alarmas infundadas y que la realidad es un Oviedo contaminado. No sé si en el camino de Pekín, claro, en el que hay que andar con mascarilla por las calles. Lo que parece también claro es que esa polución no procede del tráfico automovilístico sino de otras actividades industriales que, casualmente, tienen lugar en el entorno de la ciudad: planta química, una cementera o una planta de coque. No hace falta señalar mucho ni rascarse la cabeza para saber de su procedencia con nombres y apellidos.

Aunque la protección del medio ambiente suela tomarse a broma, aunque contemplemos cómo se acaba con las energías renovables de un modo absurdo dado que España es rica en ellas, aunque todo esto parezca una conspiración propia de un capítulo de “Expediente X”, bien harían los responsables de la ciudad en ponerse manos a la obra para que Oviedo no se equipare a Pekín en sus niveles de polución. En poseer una calle de cuarenta y cinco kilómetros como la de la capital china no se parece, por fortuna, y tampoco quisiéramos que lo hiciera por una atmósfera imposible para que el ser humano sobreviva.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 9 de diciembre de 2015

lunes, 7 de diciembre de 2015

A golpes de ritmo y de fe

 

Crónicas de Vestuario. -

A golpes de ritmo y de fe”


A diferencia de otras veces, el conjunto de Sergio Egea salió al campo dispuesto a deshacerse del Llagostera por la vía rápida. Son varios los partidos que los azules malgastaron en unos primeros minutos desastrosos y arrancar con fuerza es una medicina válida para resolver pronto y no andarse luego con apuros. Con un once como el catalán preparado para aguantar pero no excesivamente presto para la construcción, anotar con la mayor premura posible podía ser sinónimo de encaminarse con firmeza hacia la victoria. 


 
Linares marcó tras cinco jornadas de sequía nada más empezar y todo parecía ponerse de cara a un equipo que salió al campo con electricidad, una extraordinaria rapidez y con suficiente habilidad en las combinaciones. Fueron dieciséis minutos magistrales en los que se sucedieron las ocasiones y donde brillaron los hombres de banda, en especial Borja Valle y Johannesson, ambos en gran estado de forma. Luego llegaría el error de Esteban que aprovechó con astucia Querol y todo pareció caerse como un castillo de naipes. Por unos segundos, se instaló ese insolente murmullo que nadie quiere escuchar ni sentir. Sin embargo, los azules parecían creer más que nunca en sus posibilidades, en su juego ofensivo, en su capacidad combinativa y de despliegue en las bandas. Fue en un saque de esquina luchado con fe en la presión por Koné cuando llegó el premio con gol del propio jugador costamarfileño. Hubo opciones de ampliar el marcador en dos ocasiones más de Borja Valle, pero también otra para los catalanes en otro garrafal error defensivo. Fue una primera parte vibrante, con juego entregado a un ataque total que también fue respondido por los discípulos de Oriol Alsina con valentía, lo que redundó en un gran espectáculo. 


 
El Real Oviedo no cerró el resultado del partido, pero el segundo acto fue bien distinto. Más monótono, con puntuales hachazos por parte y parte. Los azules esperando las acometidas de los catalanes y pensando en contragolpear, pero ambos menos entonados. Como si se hubieran sorprendido de lo que habían sido capaces de entregar en los primeros cuarenta y cinco minutos, más pendientes de los movimientos estratégicos y mucho menos rápidos. El árbitro gallego Pérez Pallás se tragó un clarísimo penalty a un Hervías al que le sigue sobrando un regate -por lo menos- y faltando un buen centro, y la grada sólo se animó para ovacionar a Borja Valle cuando fue sustituido por un Aguirre poco incisivo que marraría una de esas ocasiones solo ante el portero que no se deberían fallar nunca y para aclamar la entrada del gran capitán Diego Cervero en las postrimerías del choque.



En definitiva, importante victoria para seguir enganchado a la cabeza.Como dijo el legendario boxeador Muhamad Alí: “No cuentes los días, haz que los días cuenten”.



MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 7 de diciembre de 2015

domingo, 6 de diciembre de 2015

La música de Chus Fernández



Vinilo Azul. -
La música de Chus Fernández”

Hace unos días se fallaba el 37º Premio Tigre Juan, un galardón ligado a la ciudad de Oviedo y en el que Chus Fernández competía como finalista para alzarse con él. Finalmente, no pudo ser y la argentina Samanta Schweblin se llevaba el premio que además llevaba consigo una estatuilla del gran Jaime Herrero. Lamenté mucho que mi querido Chus no se hubiera hecho con el galardón por un trabajo tan hermoso como el de “Sin Música”, una obra singular como casi todas las del escritor ovetense.

Hace muchos años que conozco a Chus, creo que fue poco después de que ganara el Premio Asturias Joven por “Los tiempos que corren” en 2001. O quizás antes. Resulta difícil, muchas veces, ubicarse en el arranque de muchas relaciones de amistad, aunque resulten tan estrechas como las que tuvimos Chus y yo al comenzar. Él llevaba un fanzine magnífico -“Material de Desecho”- para el que colaboré siempre que pude, y yo me encontraba envuelto en mis labores editoriales y de dirección de la revista “Interferencias”, en la que Chus participó también. Después llegaría su victoria en el Premio Tiflos de novela por la estupenda “Defensa Personal”, donde ahondaría en su particular y personal narrativa. Fernández siempre tuvo un marcado estilo, algo propio, eso que tantos buscan y sólo algunos encuentran. Recuerdo muchas lecturas a él debidas: John Berger, John Fante o Félix Romeo, con el que acertó de pleno cuando me dejó sus novelas “Dibujos Animados” y “Discotheque”, que acababa de reseñar para mi revista. De aquella, también le sometí a un tercer grado televisivo, en una de esas entrevistas para un programa de Tele Oviedo de cuyo nombre prefiero no acordarme. El jefe de la productora de aquel espacio televisivo siempre me reprochaba que sólo traía a artista “alternativos”. Una década después, ya vemos que su olfato no era precisamente el mejor...



Luego, unos años después, llegaría su gran aventura hostelera, breve pero intensa. Tanto que marcó una peculiar época: el Supernova. Uno de esos locales nocturnos donde la música brillaba con luz propia y conducía a todos los que allí acudíamos en una dirección común. La codicia de sus caseros le empujó al cierre cuando había acondicionado en el piso bajo un espacio para conciertos muy grato y, poco tiempo después, reapareció con el proyecto de la Lata de Zinc, junto a otros inquietos activistas culturales, además de continuar con los talleres literarios, otra de las ocupaciones donde su semilla también se cultiva. Así que, ahora, muchas veces, antes de los conciertos, mientras me sirve una cerveza, hay tiempo para cruzar unas palabras, casi siempre de música. 

Aprecio mucho a Chus, que ha seguido su propio camino, no sólo literario sino vital. Novelista íntimo, persona sociable, con esa reserva bajo la que se esconde un poso profundo de sabiduría. Uno de esos autores que ha sabido construirse su propio espacio, con una fuerte personalidad y mucho que decir. Sin los fuegos de artificio a los que estamos acostumbrados en otros artistas más atribulados que pierden más tiempo enseñándose que escribiendo o empapándose de vida al margen de los focos. Cuando le felicité por haber llegado a esa final, días antes de su desenlace, en la previa del concierto de los australianos The Drones -una pasión común- me comentaba que por lo que más alegría le daba del Tigre Juan era por Elvira Navarro -su editora- que había apostado muy fuerte por él. Envidia sana me dio mi querido amigo Chus de haber encontrado valedores literarios, algo tan difícil de hallar. Porque lo otro, conseguir lectores fieles, “lo más difícil”, en palabras de Samanta Schweblin -su rival en el Tigre Juan- es una batalla que el escritor ovetense va conquistando día tras día, sin explosiones innecesarias, con la continuidad que brinda a los artistas la posibilidad de hacerse grandes.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 6 de diciembre de 2015

jueves, 3 de diciembre de 2015

Jesús Arias (1962-2015)


miércoles, 2 de diciembre de 2015

Duros a cuatro pesetas

Vetusta Blues. –

Duros a cuatro pesetas”


En estos tiempos del euro, de la globalización, del “Espacio Schengen” –finiquitado hace poquito gracias a esos atentados contra nuestra libertad y modo de vida- también aparecen nuevas figuras dignas de ser reseñadas: los milagreros. Que una empresa titubea, que algo falla, aparece un conseguidor, alguien que te va a solucionar los problemas con un chasquido de dedos. Una especie de genio de la lámpara que va a arreglar todos los desaguisados previos, que va a obrar el milagro para convencer hasta al más descreído. Y no, no es cuestión de perder la fe en los milagros. El tema es no creer a quien viene con la fórmula mágica de solución de problemas profundos. Todo esto al hilo de la salvación del último reducto de la megalomanía del régimen que hizo y deshizo en Oviedo durante veinticuatro años en la ciudad: el Asturcón. Según sus creadores, el centro hípico más importante del mundo. Ni Nueva York, oiga. En realidad, un vertedero de millones de euros de todos los ovetenses que han padecido una presión fiscal inaudita para mantener una inadmisible megalomanía. Los cuatro beneficiados por el delirio, encantados, claro. El resto, en una ciudad sin piscinas municipales, sin casi ningún servicio público al ciudadano de a pie, pensando en trocear la carne de los caballitos y comérsela. Y discúlpenme el exabrupto. Aunque los beneficios de la carne de potro están autentificados. Los del Asturcón, millones de euros para una nadería impúdica para una élite, no. No y no y no, lo de la equinoterapia está muy bien, pero, ¿cuántos otros colectivos desfavorecidos podrían apañarse con la mitad del dinero destinado a la megalomanía del Asturcón?

Según parece hay solución a uno de los múltiples marrones que el régimen anterior -el de veinticuatro años repartiendo favores a muchos de los que ahora levantan la voz- dejó bien sembrado en el suelo de la ciudad. Hasta ha trascendido que un jeque quiere hacerse con el complejo megalómano único en el mundo. ¡Mucho ojo con esto! No hay duros a cuatro pesetas. Piensen en estos jeques, como el que se ha hecho con el Málaga de fútbol, de nombre Abdullah Bin Nasser Al Thani. En el verano de 2010 aterrizó, con todo su boato, en la Costa del Sol, y se hizo con el club de fútbol. Pagó treinta millones de euros. Invirtió ciento treinta y siete. Llegaron Van Nistelrooy, Cazorla, Demichelis, Joaquín, Isco,… nombres y nombres. La orquesta la dirigió Manuel “El Ingeniero” Pellegrini, procedente del Real Madrid. Se clasificaron para la Liga de Campeones en 2012. Tres años después, el jeque no ha puesto un euro más. Ha esquilmado la cantera del equipo. Ha recuperado mucho más dinero del invertido en traspasos, aunque, en realidad, el fondo de todo era conseguir el proyecto de ampliación del puerto deportivo de La Bajadilla en Marbella y la construcción de una zona comercial por un valor aproximado de unos cien millones de euros… Dio en duro y el equipo blanquiazul agoniza en el fondo de la tabla de Primera totalmente desmantelado hoy. Tomen nota.
Algo habrá en Oviedo que llama la atención de codiciosos y timadores de toda especie. Algo que desde el gobierno del Principado –siempre tan pendiente de Gijón y tan poco atento a la capital- no han visto: un momento fundamental para que la ciudad se pueda cambiar a partir de espacios transformables como la Fábrica de Gas, el antiguo Huca y la Fábrica de Armas. La ceguera de Javier Fernández –tan cómodo en “su” Somió- y la visión de oportunistas parecen abocarnos a un nuevo desastre en esa palabra que sólo la escucharán –al referirse a Oviedo- en los gijoneses: la capital. Que, a fin de cuentas, es (o debería ser) la de todos los asturianos.
MANOLOD. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio el miércoles 2 de diciembre de 2015